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OSLO

OSLO

Oslo está situada en el golfo más interior del fiordo homónimo. Tiene una extensión de 454 km2 y una población aproximada de 799.200 habitantes.

El fiordo de Noruega es una ramificación del estrecho de Skagerrak, se encuentra a 100 km de distancia al mar y se mantiene libre de hielos durante todo el año. Su ubicación permite comunicaciones fáciles hacia el mar y hacia el interior del país, con los valles de Gomma y el Verma. A la espalda de la ciudad se extiende una barrera de verdes colinas rodeadas de frondosos bosques con lagos, y fauna y flora características del país. La privilegiada situación geográfica de Oslo permite a sus habitantes disfrutar de una elevada proporción de zonas verdes y recreativas.
 
En el siglo XIII Oslo emergió como centro de poder. Continuó floreciendo hasta mediados del siglo XIV, cuando una plaga de peste bubónica diezmó la población. En 1380 Noruega fue absorbida en la unión con Dinamarca, hecho que duró cuatrocientos años, hasta que fue cedida a Suecia en 1814. Ese mismo año una Noruega desafiante, alimentada por uniones forzosas, adoptó su propia constitución, pero su intento de independencia fue roto por la invasión sueca. Finalmente se permitió a los noruegos mantener su nueva constitución pero fueron obligados a aceptar al rey sueco. El creciente nacionalismo eventualmente llevó a la secesión pacífica de Suecia y Noruega en 1905.
 
Los noruegos subsiguientemente votaron a favor de la monarquía sobre la república y eligieron al Príncipe Carl de Dinamarca para ser rey. Tras aceptar éste, eligió el título de Håkon VII y llamó a su hijo Olav, ambos nombres memorables en el pasado vikingo de Noruega. La posición de Oslo como primera ciudad del fiordo la convirtió en un centro comercial de primer orden en tiempos del rey Harald Hardrade y de la reina Ellisiv, que establecieron su residencia real aquí en 1050, fundando así la ciudad. Oslo era un gran centro mercantil y tenía una importante situación estratégica de defensa frente a los invasores. A principios del siglo XIV, el rey Haakon V Magnusson construyó el Akershus en un promontorio sobre del mar, a poca distancia del entonces centro de Oslo. La fortaleza hizo que Oslo se estableciera como una de las capitales europeas merecedoras de atención y atrajo a los mercaderes alemanes de la Liga hanseática, que llevaron la ciudad a su era dorada del comercio. El rey Christian IV de Dinamarca trajo la vida nuevamente a Oslo tras el gran incendio de 1624.
 
El rey arquitecto creyó acertado centrar la ciudad alrededor del fuerte y convenció a los ciudadanos con promesas de una tierra libre, persuadiendo a los habitantes a reconstruirla alrededor de aquél. La vieja ciudad aún se llamaba Oslo, y el rey Christian la bautizó con el nombre de Christiania, nombre que conservó hasta 1924.
 
Oslo con un rico patrimonio histórico entre los que podemos destacar: el Parque Vigeland, que tiene ciento noventa estatuas de bronce y granito, realizadas por Gustav Vigeland como reflexión sobre la existencia humana. El Museo Noruego Folklórico (Norsk Folkemuseum), es el museo de cultura histórica más grande de Noruega; los visitantes pueden pasear por sus numerosos edificios y jardines y ver sus exposiciones de interior, cuyas piezas han sido recogidas en múltiples ciudades y pueblos noruegos, contiene una colección de viejas casas de ciudad.
 
El Museo de Naves Vikingas (Vikingskiphuset), donde se hallan las tres naves-féretro vikingas del museo de Gokstad, Tune, y Oseberg, que datan de 800– 900 d.C. y fueron halladas cerca del fiordo de Oslo en el siglo XIX. El Museo Marítimo Noruego (Norsk Sjofartsmuseet) donde hay una fascinante colección de barcos noruegos, modelos de barcos pesqueros y estaciones pesqueras. El Museo del Esqui Holmenkollen, que traza la historia del esquí en Noruega, desde las primitivas figuras humanas de una cueva hasta las expediciones polares de Nansen y Amundsen. El Museo Kon-Tiki, que alberga la balsa de rafting Kon-Tiki, en la que el científico Thor Heyerdahl cruzó el Océano Pacífico, desde Perú a la Polinesia, en 1947. El Museo Munch, contiene una magnífica colección de pinturas de Edvard Munch, creaciones en las que se palpa la melancolía escandinava.
 
La Galería Nacional, que posee la colección de arte más importante del país, y está especializada en la pintura, escultura y litografía noruega. El Ayuntamiento (Radhuset), un edificio, diseñado por Arnstein Arneberg y Magnus Paulsson que tardó alrededor de veinte años en construirse.
 
La Fortaleza de Akershus (Akershus Fortress), construida hacia 1300 por el rey vikingo Haakon V, es una de las más preciadas reliquias medievales; durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis utilizaron el castillo como prisión y lugar de ejecución, y en la actualidad es sede del Museo de la Resistencia Noruego, que da una vívida impresión de los estragos de la ocupación alemana y la oposición noruega a dicha ocupación. El Palacio Real, la residencia oficial del rey de Noruega. El Edificio del Parlamento que destaca por su impresionante fachada de ladrillos amarillos.
 
Uno de los artículos más típicos son las prendas de vestir noruegas, de muy buena calidad, así como los trabajos de porcelana, cerámica y estaño sin plomo. El arte de la joyería también es digno de mención.
 
 
QUÉ VER
Su centro histórico acoge importantes monumentos y edificios del siglo XIX y principios del XX. El Karl Johans Gate es la calle principal de Oslo y constituye el centro de la actividad comercial, así como un lugar ideal para vivir y sentirse en el centro de la cultura y la sociedad noruega.
 
En esta misma calle se encuentra el Royale Palace. Este palacio construido en la primera mitad del siglo XIX, es la residencia oficial de los reyes de Noruega. No se puede visitar el edificio, aunque sí sus jardines públicos. En la misma calle encontramos el neoclásico Teatro Nacional, la activa y frecuentada Plaza Eidsvolls, el Stortinget sede del parlamento, la catedral Domkirke y el moderno centro comercial Basarhallene.
 
Otros puntos de interés son el Ayuntamiento Radhus y la Fortaleza Akershus empezada a construir del siglo XIV, ambos situados en la zona del puerto. Por otro lado, Oslo es sede de los museos más importantes del país. Una muestra de ello son la Galería Nacional, el Museo Histórico, el Museo Munch o el Museo de Barcos Vikingos, este último una auténtica gozada para los amantes de la cultura y las tradiciones de este antiguo pueblo.